Ser indígena, niño, homosexual o adulto mayor son sólo algunas de las razones para ser discriminado en México, un país donde el simple color de piel o el género puede ser un detonante para considerar a alguien “menos”. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) identificó en noviembre pasado a 11 grupos en situación de discriminación en México: adultos mayores, afrodescendientes, fieles religiosos, etnias, migrantes y refugiados, mujeres, niños, personas con discapacidad, personas con VIH/SIDA, jóvenes y personas con preferencias distintas a la heterosexual. A estos grupos se suman, tal como aparece en el sitio web del organismo, las trabajadoras domésticas. Datos del Consejo indican, por ejemplo, que los adultos mayores pueden ser vistos como “estorbos”, mientras que los migrantes tienden a ser vinculados con la violencia, y quienes parecen una discapacidad son tachados de “inútiles”. Además, la Encuesta Nacional de Discriminación en México (Enadis) 2010 reveló que más del 40 por ciento de los mexicanos no estarían dispuestos a compartir su hogar con un homosexual o lesbiana. La discriminación puede ir en aumento cuando se conjuntan varios elementos, como ser mujer joven, indígena de la tercera edad, homosexual seropositivo, entre otros.
Mujeres indígenas, un sector vulnerable.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), existen 10 millones 55 mil 379 personas que cumplieron 60 años o más. La Encuesta Nacional de Discriminación en México (Enadis) del mismo año, reveló que 27.9 por ciento de ese sector había sentido alguna vez que su edad había sido factor para que sus derechos no fueran respetados. El Conapred indica que este sector de la población es relacionado con “enfermedad, ineficiencia, lentitud y poca productividad”, haciendo que sean propensos a la exclusión, rechazo, el maltrato, abandono y hasta violencia. Según dicho organismo, los adultos mayores pueden enfrentar doble o triple discriminación si además son mujeres, indígenas o tienen alguna discapacidad. En México, existe una Ley creada en 2002, que habla de los Derechos de las Personas Adultas Mayores y que lamentablemente no siempre se respeta. Este grupo va en aumento, la proyección del Consejo Nacional de Población (Conapo) revela que para 2050 habrá 33.8 millones de adultos mayores. A la tecera edad se le discrimina por “enferma, lenta y poco productiva”.
El Instituto Nacional de Migración (INM) indica que hasta 2009 en el país había 13 mil 38 migrantes caribeños y mil 637 africanos, de los cuales 733 eran haitianos, 88 jamaicanos y 174 nigerianos. Para 2011 la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) dio a conocer que entre 2002 y 2010, de un total de 845 solicitudes de refugio reconocidas, 368 fueron de personas provenientes de África o alguna isla del Caribe. Muchas de las veces el mal trato a esta población se debe a su color de piel, que es visto como un acto de “inferioridad”. En 2011 este sector fue víctima de ocho agresiones en su contra, entre ellas el caso del nigeriano Isaac Echinedu, quien falleció luego de ser detenido y golpeado por policías capitalinos en la colonia Obrera. La encuesta nacional sobre discriminación elaborada por el Conapred en 2010 obtuvo como resultados que el 23.3 por ciento de la población consultada no viviría con una persona de otra raza; 23.4 por ciento no lo haría con una persona de otra cultura y 26.6 por ciento no cohabitaría con un extranjero. 3. FIELES RELIGIOSOS En el sitio web del Conapred se puede leer: La religión tiene una dimensión colectiva muy importante al grado que suele ser un factor de identidad para una comunidad, un pueblo, un país o una región. La diversidad religiosa es entonces entendida como un riesgo para la identidad y un factor que debilita a una comunidad. Por ello quienes no siguen la religión mayoritaria suelen ser discriminados por sus “diferentes costumbres”.
Datos del censo de 2010 indican que México tiene una población total de 112.3 millones de personas, de los cuales 92.9 millones dijeron profesar la religión católica, mientras que 8.3 millones se ubicaba en algún grupo calificado como protestante, pentecostal, cristiano o evangélico. Además, 2.5 millones dijeron ser parte de un grupo bíblico diferente a la evangélica como los Adventistas del Séptimo Día, mormones y Testigos de Jehová, mientras que 5.2 millones aseguraron no formar parte de ninguna religión. 4. ETNIAS Hasta 2011 el Conapred contabilizaba alrededor de 15.7 millones de personas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas de México, que estaban sometidos a discriminación. Los resultados de la Encuesta Nacional de Discriminación en México (Enadis) 2010 señala que prevalecen serios rezagos respecto de los derechos y oportunidades que tiene la población indígena. Treinta y siete por ciento de esta población afirmó que no se respetaban sus derechos, en tanto el 24 por ciento aseveró que esto era causado por su acento y su forma de vestir. El organismo advierte que esta condición también se relaciona con las características física y el comportamiento cultural de los indígenas. A mediados de 2012 se dieron a conocer los resultados de la encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), en ellos se estableció que ese sector de la población no tiene las mismas oportunidades de conseguir trabajo, más de la mitad opinó que enfrenta complicación cuando quiere estudiar, y 42 por ciento señaló que enfrenta obstáculos para formar un patrimonio. La discriminación por el color de la piel constituye un factor para cerca de 70 por ciento de los ciudadanos, según la firma. No se respetan los derechos de los indígenas.
La Enadis establece que los migrantes son el tercer grupo más discriminado en México, sólo después de los indígenas y los homosexuales. Siete de cada 10 personas consideran que los inmigrantes provocan división en las comunidades a las que llegan. El Conapred indica que la discriminación contra los migrantes proviene de la falsa percepción de que estas personas pierden sus derechos al trasladarse a otro país y porque se les ha estereotipado como delincuentes, violentos o peligrosos. Al no contra con documentos que acrediten su estancia legal en otra nación, temen denunciar las vejaciones de que son víctimas, incluida la violencia. “La discriminación es doblemente padecida por las mujeres, niñas y niños migrantes, quienes sufren de acosos y malos tratos en situaciones de detención, además son orillados al trabajo doméstico clandestino, prostitución, abusos sexuales y agresiones físicas y sexuales en las operaciones de trata”, dice el Comapred.
6.MUJERES Datos censales de 2010 indican que en el país residen 57.4 millones de mujeres, quienes, de acuerdo con expertos y organismos no gubernamentales, enfrentan tres amenazas actualmente: la discriminación, la pobreza y la violencia. El presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Ricardo Bucio, advirtió en marzo pasado que en México ninguna exclusión está tan marcada como la de género. La subordinación femenina ante el hombre que se vivió por décadas aún prevalece en diversas partes del país, haciendo que la mujer sea vista sólo como la encargada de la reproducción y el cuidado familiar. Se les agrede de forma física, verbal, emocional, sexual, económica y se continúa ignorando sus derechos, lo que las lleva a padecer maltrato, humillación, marginación y contar con educación interrumpida. En tanto, en el área laboral aún no tiene acceso a todos los puestos de trabajo que los hombres y en muchos casos llegan a ganar menos que ellos. 7. NIÑOS Los niños, niñas y adolescentes representan el 33 por ciento de la población. Suman casi 37 millones, de acuerdo con el INEGI.
Los menores se hallan en una situación de vulnerabilidad que se origina de su proceso de formación que los hace dependientes de otras personas y a la violación de sus derechos por otros grupos. Las malas condiciones aumentan en escenarios de pobreza y marginación, así como cuando los niños tienen alguna discapacidad, padecen obesidad o son indígenas. 8. PERSONAS CON DISCAPACIDAD De acuerdo con datos del INEGI, con respecto a algunos rubros del Censo de Población y Vivienda 2011, en México hay cinco millones 739 mil 270 personas con discapacidad, es decir, poco más del cinco por ciento de la población; sin embargo, la cifra contrasta con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual indica que la cifra asciende a más de 10 millones de personas. Las personas con discapacidad se enfrentan a enormes barreras que les impiden incursionar en ciertas actividades, ya sea por falta de espacios, transportes adecuados, entre otros. “Se les margina y rechaza al marcarlos como incapaces de formar parte de la visión homogeneizante de la normalidad”, dice el Conapred, que también señala: “históricamente se les ha señalado como inútiles, incapacitados, estorbos. Además, han padecido escarnio público y burlas tanto a nivel social como en los medios de comunicación”. “Históricamente se les ha señalado como inútiles: Conapred”.
Por miedo al contagio, desinformación y prejuicios, las personas que son portadoras del Virus de la Inmunodeficiencia Humana o que están enfermas de SIDA sufren de una alta marginación que les impide desempeñarse plenamente en el trabajo, tener acceso a los servicios de salud y vincularse libremente con amigos y familiares. La Enadis 2010 reveló que de sus encuestados, el 35.9 por ciento no estaría dispuesto a compartir su vivienda con personas con VIH/SIDA, contra un 49.2 que sí lo haría. En 2011 el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida) dio a conocer que en México dos de cada tres homosexuales sufren discriminación, hostilidad y maltrato en los servicios de salud, sobre todo cuando son seropositivos.
10. HOMOSEXUALES Y LESBIANAS Sólo 41.8 de los encuestados en la Endis aceptarían a una lesbiana viviendo en su casa, mientras que 42.5 por ciento a un homosexual. Debido a la tendencia a defender la heterosexualidad por encima de cualquier otra preferencia, las demás “formas de sexualidad aparecen como incompletas, perversas y, en algunos casos, como patológicas, criminales e inmorales”, provocando “una respuesta de temor al riesgo imaginado desde el prejuicio dogmático e intolerante, que en última instancia se traduce en desprecio, odio y rechazo”, indica en su página web el Conapred. El Consejo destaca que la homofobia lleva a los homosexuales y lesbianas a ser rechazados en el trabajo, la escuela e incluso en sus propios hogares. Las manifestaciones de esta discriminación se dan como ” despidos, exclusión educativa, rechazo religioso, negación de servicios, estereotipos y estigmas reproducidos por los medios de comunicación, humillación, rupturas familiares, abandono, invisibilidad, violencia y, en casos extremos, hasta la muerte”, según el Conapred. Recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que las personas que se consideren ofendidas por palabras peyorativas como “puñal” o “maricón” pueden demandar por daño moral. En contra de la discriminación.
El Conapred indica: Los espacios para la juventud en México son limitados y no permiten que las y los jóvenes desarrollen plenamente su potencial. Esta falta de oportunidades aunada al rechazo y prejuicios que pesan sobre ellas y ellos, no es otra cosa que la negación o limitación arbitraria de derechos con graves consecuencias a nivel individual, social, político y económico. Son un sector vulnerable que enfrenta cuatro factores principales de discriminación: la situación económica, el hecho de ser mujer, la edad y la apariencia. Según los datos de la Enadis, el 16 por cierto de la población manda a llamar la patrulla cuando ve jóvenes reunidos. El Censo de Población de 2010 reveló que en México habitan 36.2 millones de jóvenes entre 12 y 29 años. 12.
Sin prestaciones, con largas jornadas de trabajo, siendo víctimas de discriminación y realizando un trabajo que se considera “inferior”, miles de trabajadoras domésticas en México llevan años desempeñando una labor que no es bien retribuida. La Encuesta Nacional de Discriminación de 2010, mostró que el 61 por ciento de las trabajadoras del hogar no cuenta con vacaciones; el 46.5 por ciento no recibe aguinaldo; el 37.9 por ciento no puede usar el teléfono, y el 44.7 por ciento no tiene horario fijo. Del total de empleadas domésticas, sólo el 11.8 por ciento contaba con un “empleo de planta”, contra el 88.2 por ciento con actividades de “entrada por salida”. El estudio reveló que el 33 por ciento de las trabajadoras considera que su problema principal es de orden económico, relacionado con su sueldo; el 19 por ciento respondió que es el abuso, maltrato, humillación y discriminación; y el 12 por ciento la falta de derechos laborales. En México, 1.3 millones de hogares, que representan el 5.1 por ciento del total, contratan este tipo de trabajos.