EE UU retira a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo

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Estados Unidos retiró este viernes a Cuba de la lista de estados que apoyan el terrorismo. La decisión es un paso clave en la normalización de las relaciones entre ambos países, adversarios de más de medio siglo, iniciada el pasado diciembre por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

El secretario de Estado, John Kerry, decidió retirar a Cuba de la lista negra tras concluir que este país “no ha proporcionado ningún tipo de apoyo al terrorismo internacional durante los seis meses previos” y que ha dado “garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”, dijo Jeff Rathke, portavoz del Departamento de Estado, en un comunicado.

“Si bien Estados Unidos tiene importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de políticas y acciones de Cuba, las mismas no hacen parte de los criterios pertinentes para la rescisión de la designación de un estado patrocinador del terrorismo”, añade el comunicado del Departamento de Estado, en su versión en español.

Cuba figuraba en la lista de 1982. En plena Guerra Fría, la Administración Reagan la incluyó por el apoyo a grupos insurgentes en América Latina. Uno de los argumentos que, en el pasado, el Departamento de Estado esgrimió para mantener a Cuba en la lista era que la isla albergaba a miembros de ETA, de las FARC colombianas y a fugitivos de la Justicia estadounidense. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la Administración Bush también alegó que Cuba no prestaba apoyo suficiente en la lucha contra el terrorismo internacional.

Sobre el papel, salir de la lista negra conlleva enormes ventajas. Los países de la lista tienen prohibido exportar a Estados Unidos armas y otros productos que puedan servir para actividades terroristas. También ven vetada la ayuda económica de Estados Unidos y, entre otros beneficios, el acceso a préstamos del Banco Mundial.

El problema de Cuba es que el embargo, que depende del Congreso de EE UU y sigue vigente, invalida gran parte de los beneficios de dejar de ser considerado terrorista por la primera potencia mundial.

La perspectiva de desembarazarse del estigma proterrorista ha ayudado a los diplomáticos cubanos en Washington a encontrar un banco que quisiera abrirles una cuenta. Pero los efectos de la decisión son más políticos que prácticos.

La retirada de la lista es un paso necesario en un proceso de deshielo muy pautado. Los plazos burocráticos se cumplen.

En diciembre de 2014, el demócrata Obama pidió a Kerry que revisase la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo. El 8 de abril de 2015, Kerry recomendó a Obama retirar a Cuba de la lista. El 14 de abril, tres días después de su primera reunión cara a cara con Castro, en Panamá, Obama envió al Congreso un informe con los motivos de la decisión.

Para frenarla, el Congreso tendría que haber adoptado una ley alternativa. Pese a la mayoría republicana en ambas cámaras, esta vía era improbable. Pasado el plazo prescriptivo de 45 días, la decisión se hace efectiva.

El próximo paso en el proceso de reconciliación debe ser la reapertura de las embajadas, que La Habana supeditaba a la retirada de Cuba de la lista terrorista. Las relaciones diplomáticas se interrumpieron en 1961, tras la revolución que llevó a los Castro al poder.

Antes de Cuba, el último país en desparecer de la lista de patrocinadores del terrorismo fue Corea del Norte, en 2008, con la Administración del republicano George W. Bush. Quedan en la lista Irán, Sudán y Siria.

Fuente: El País

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