Que nadie se mueva. Hoy es el día. Hoy se va a transmitir el final de la tercera temporada de The Walking Dead a las 22:00 por Fox y nadie, en su sano juicio, se lo puede perder.
¿Por qué? Porque The Walking Dead es la serie más importante del momento, la más vista, la más vendida. No verla es no estar aquí, en el planeta Tierra, en 2013.
¿Y qué le puedo decir de este desenlace? Que va a ser algo que lo va a dejar helado. Yo ya lo vi y todavía no puedo creer su espectacularidad.
The Walking Dead es una obra maestra y decir esto justo ahora, cuando tenemos tantas joyas, de tantos tipos, en tantos canales, no es cualquier cosa.
¿Qué pasa aquí? ¿Por qué tanto éxito? ¿Por qué tanto escándalo? Yo tengo mis hipótesis y se las voy a compartir.
The Walking Dead es un hit porque es una serie para todos que se transmite en un canal para todos.
Aquí no hay una violencia que sea tan explícita que espante a las masas, no hay escenas de sexo tan obvias que impidan que los niños la vean.
Hay para hombres, para mujeres, para ricos, para pobres, para blancos, para negros, para asiáticos, para latinos, para jóvenes, para viejos. ¡Hasta para chavitos de primaria!
Y para ver Fox no hay que pagar extra. Usted lo tiene en cualquier paquete básico de cualquier sistema y ni hablemos de lo que sucede cuando esto se transmite por Canal 5 porque entonces sí se convierte en la cúspide de lo popular.
Después, The Walking Dead es una golosina para las audiencias porque recupera a una de las criaturas más fascinantes, pero al mismo tiempo más olvidadas, de la industria del entretenimiento.
¿Cuál, o mejor dicho, cuáles? A los zombies. ¿Puede existir una cosa más divertida, más irreverente, más positiva y más simbólica que los muertos vivientes?
Como se lo he dicho en mil ocasiones, finalmente todos, nos guste o no, somos eso, entidades que caminamos hacia la tumba.
Por si esto no fuera suficiente, los zombies no tienen que ser ni perfectos, ni sexys ni nada. Sonzombies. No tienen nada que perder. Ya lo perdieron todo.
¿Ahora entiende su valor simbólico en estos tiempos de crisis? ¿Y dónde está lo positivo? En que festejando al zombie festejamos a la vida, lo poco o mucho que vaya a durar esto.
Yo mismo he participado en las marchas que se han organizado al respecto en el Distrito Federal y le juro que son una experiencia de lo más entretenida y familiar.
Pero espérese porque apenas estoy empezando. The Walking Dead no me da para una columna, me da para un libro.
Estamos hablando de un espectáculo redondo, de un lenguaje que junta lo mejor de la televisión con lo mejor del cine, de la novela gráfica, de las animaciones orientales, de las caricaturas occidentales, de los videojuegos.
Es un trabajo inteligente que reivindica el valor de la fantasía en una sociedad hipócrita que piensa que lo único que vale la pena es lo que está etiquetado como parte de la alta cultura, de la política o del análisis social.
Tan trascendental y profundo es un capítulo de esta producción de la casa AMC (Mad Men), como el más trascendental y profundo de los episodios de House of card, Homeland y Breaking Bad.
A los fanáticos les encanta pelearse, defender sus emisiones favoritas, atacar a las que sienten como rivales.
La verdad es que éste es un momento de oro para la televisión y que The Walking Dead ocupa un lugar privilegiado como parte de esta avalancha de grandes producciones. ¡Bien por eso!
Por último, estoy convencido de que The walking dead es un cañonazo porque comparte modelo con algunas de las series más importantes de los últimos años como Jericho, Heroes, BattlestarGalactica, Falling Skies y V.
Obsérvela con detenimiento, haciendo a un lado a los zombies, que son algo así como el gran elemento diferenciador, como el gran distractor.
Estamos ante una típica serie apocalíptica, ante una serie que en lugar de tener a un protagonista, tiene a muchos, de muchos tipos, incluso asesinos o mujeres embarazadas, para que todos se identifiquen, para que a todos les guste, para que todos debatan.
Claro, hay un líder, pero también está la lucha contra una fuerza enemiga incontenible, contra una fuerza enemiga que va más allá de lo humano y, lo más curioso, un destino fatal.
Los personajes de The Walking Dead , como los de prácticamente todas las series que acabo de mencionar, están más que muertos y en el remoto caso de que ganen, más les valdría haber fallecido porque las cosas jamás volverán a ser lo que eran antes.
No hay manera de retroceder, de reconstruir, de resucitar. ¡No la hay!
Lo increíble es como este camino hacia lo inevitable, hacia la muerte, nos encanta, nos seduce, nos pone a girar. ¿A poco no?
Luche por ver esta noche el final de la tercera temporada de The Walking Dead. Le va a encantar. De veras que sí.
Con información de: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9176614