Esta semana que empieza no es cualquiera, es la semana que pone a prueba los tamaños reales del Gobernador Gallardo y de su Fiscal Ruiz Contreras. Su verdadero talante estará en juego: hacer justicia a un niño violado desconocido, hijo adoptado por San Luis Potosí, o ceder ante los avasallantes de lo que queda del poder socio-político de un estado que ya se nota, debería estar cambiando.
Se vienen los últimos detalles para la resolución del caso de Alejandro N, ex titular de la Procuraduría de la Defensa de las Personas Adultas Mayores, Gestión y Participación Social (PDPAM) acusado de violación agravada contra un menor de edad, su audiencia se reprogramó para el próximo lunes 4 de julio, dado que encontraron como zafarse de tener que ceder ante las presiones, y prácticamente tener lista una sentencia absolutoria sin pudor, que haría olvidar a un hoy adolescente mancillado y usado como un objeto para la satisfacción inmoral de un monstruoso caso más de la sociopatía del poder. Alejandro N, es un hombre que fue encumbrado en su entorno social y dentro del servicio público por quienes al final, al ver de manera contundente cómo había cometido tremendas tropelías bajo el techo de la asistencia social fue entregado a la justicia.
Astrolabio hoy da cuenta de nuevos datos incontestables sobre su participación en estos atroces crímenes que deben ser castigados de manera absoluta y permanente.
Que pongan sus barbas a remojar los que ahora inventando cualquier trastada siguen defendiendo lo indefendible, y además que se cuiden las espaldas; el juego de lealtades se acaba cuando por más encaramados en la vomitiva guerra de apellidos, manchan el suyo poniéndolo de escudo protector ante el más bajo de los crímenes. ¿Será que tanta defensa y presión social y mediática para lograr la liberación del infame indiciado sea también signo de una complicidad podrida?
Sí es un violador de menores, pero no lo toquen, es mío.
En otro parámetro del radar está el anuncio que hizo apenas el jueves pasado el Secretario de Gobernación, tercera corcholata presidencial, Adán Augusto López de acceder a la gestión que hizo Gallardo para solicitar ayuda federal y reparar el problema recurrente del acueducto del Realito, cosa que afirmó realizaría (sin decir cómo) en menos de 60 días. Qué maravilla de campaña de Adán y que timing político tan acertado del Gobernador, pero qué desalentador saber que una vez más es un tema mucho más político que práctico. Lo único cierto es que el Gobierno estatal si tiene en sus manos rescindir el contrato y pedir para este efecto apoyo económico a la federación. Hace poco también anunciaron la construcción de dos presas más que pudieran ser paliativos del tremendo problema que subsiste hoy en la captación, canalización y abasto de agua potable, nunca enseñaron proyectos técnicos, ni una maqueta para sustentarlo.
El agua, el nuevo oro líquido es la antesala de una guerra política entre los que tienen entre la espada y la pared su oficiosa función, gobernar o morir de sed de poder. Aqualia, la empresa con la que transó el gobierno de Marcelo de los Santos un leonino contrato y que presume en el mundo su “maravillosa” funcionalidad debe ser el blanco de una presión de la ciudadanía que no atiende politiquerías y que sufre el caos tremendo al que nos sometieron los que siguen cobrando hasta 20 millones de pesos mensuales por un servicio de ínfima calidad.
15 de cada 100 potosinos no tienen agua al menos 10 de cada 30 días.
En tiempos de la quinta ola de COVID es un caballo del apocalípsis disfrazado de la mascota de las galletas Gamesa.
Cambio y fuera.
