Vestigios funerarios y arqueológicos que datan de 650 d.C y de 1000 a 1050 de nuestra era, que dan cuenta de la presencia de pobladores anteriores a la cultura mexica, fueron encontrados durante los trabajos de restauración de la capilla de la Inmaculada Concepción,La Conchita, en Coyoacán.
Así lo dieron a conocer hoy Juan Cervantes Rosado y María de la Luz Moreno Cabrera, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, durante el anuncio de la conclusión de los trabajos de re cimentación de dicho templo.
En conferencia de prensa, comentaron que también se hallaron vestigios arquitectónicos en la sacristía de dicho templo, “que forman parte de lo que creemos fue una plaza, así como restos de tres construcciones prehispánicas que se continuarán estudiando”.
De acuerdo con información proporcionada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), para el rescate arqueológico durante las obras de recimentación se hizo necesaria la salvaguarda delpatrimonio cultural prehispánico y elaborar el registro estratigráfico de los perfiles.
También, excavaciones arqueológicas en 13 unidades hasta 2.20 metros de profundidad; ubicación de materiales durante los procesos de excavación; registro de estructuras prehispánicas y evidencias de temporalidad de los siglos XVI, XVII y XVIII, y la localización de un sistema funerario en el templo.
Los especialistas destacaron que durante los trabajos se hallaron 159 entierros: primarios, secundarios, dos múltiples, un osario y un sedente prehispánico; se trata de entierros, según las normas religiosas de las franciscanos y carmelitas del siglo XVII y XVIII.
Al respecto, el director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Conaculta, Raúl Delgado, dijo que tras concluir esta primera etapa se dará paso al refuerzo de la superestructura del inmueble.
Recordó que hace más de cinco años La Conchita comenzó a tener síntomas de desplomos en los muros y las torres, apareciendo fisuras que se convirtieron en enormes grietas, por lo cual se solicitó el cierre de los servicios religiosos, al tiempo que el Conaculta inició investigaciones técnicas para diagnosticar y conocer las causas.
Refirió que después de esta primera etapa, los trabajos estarán dirigidos a la consolidación de los muros y grietas, así como la colocación de una estructura de acero en las cúpulas, que también serán impermeabilizadas, así como reintegración de cornisas, y confió en que estos trabajos terminen antes del 8 de diciembre próximo.
Recordó que en 1524, Hernán Cortés ordenó levantar esta capilla sobre un centro ceremonial prehispánico, siendo después ampliada en el siglo XVIII, cuando adoptó su sentido barroco.
Más tarde, tras una serie de modificaciones, la capilla adquirió su fisonomía en el siglo XIX, y fue en 1932 cuando es decretada monumento histórico, por Narciso Bassols.
Por esta razón, comentó el funcionario, los trabajos han estado acompañados por los estudios de especialistas en arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes entre otras acciones han llevado a cabo el registro de estructuras prehispánicas, materiales y restos funerarios localizados en el templo.
Por su parte, el arqueólogo Juan Cervantes Rosado dijo que las estructuras prehispánicas datan del periodo Epiclásico, posterior a la caída de Teotihuacán, y están concentradas hacia el norte de la iglesia, existiendo evidencia de que su construcción fue realizada básicamente por grupos toltecas.
“Después de la caída de Teotihuacán no podríamos precisar qué grupos eran ni que idioma hablaban, sin embargo en los vestigios que hemos encontrado sí hay una clara evidencia mexica”, comentó.
Por lo que hace a los trabajos realizados en esta primera etapa, figuran la colocación de un anillo de refuerzo en el tambor de la cúpula; refuerzo estructural de la bóveda de coro; consolidación de grietas y fisuras; impermeabilización de bóveda y cúpula, y la reintegración de cornisas para evitar escurrimiento de agua pluvial sobre superficies decorativas.
Además de la conservación de elementos pétreos; consolidación y restauración de elementos ornamentales “ajaracas”; reintegración de aplanados y capa pictórica; adecuación arquitectónica y estructural de la sacristía, y restitución del piso interior del inmueble y atrio.
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