Octavio César Mendoza
Esta mañana, el 34 por ciento de la población de San Luis Potosí supo que el 66 por ciento de sus coterráneos aprueba la gestión de Ricardo Gallardo Cardona como Gobernador, y que de hecho es el Gobernador mejor evaluado por sus gobernados en todo el vasto país compuesto por 32 gobernadores, incluyendo los que más andan bailando y cantando sus aspiraciones a la Silla del Águila.
Comparativamente hablando, este dato no tiene precedente, y se debe analizar a fondo y con seriedad. Ningún Gobernador de San Luis Potosí, que yo recuerde, tuvo tal nivel de aprobación popular, por lo que se establece una nueva marca que representa todo un reto para superar, incluso por el propio Gobernador potosino. Y sé que es quien menos piensa en bajar la guardia y el ritmo de golpeo. Trae mucho entrenamiento de altura, ánimo y voluntad de trascender.
Hace tiempo, el “circulito rojo” se solazaba en hablar de un techo de cristal, cuando Ricardo Gallardo Cardona ocupaba el noveno lugar en la misma encuesta. Hoy deben estar llegando a los muñones de tanto roerse el pensamiento; pero es que en realidad no son objetivos, y sí militan en la negación de la realidad. Ni siquiera fueron capaces de prever que en cada acción del mandatario se sumaba un visto bueno más que, de ciudadana en ciudadano, incrementaban en la alforja del Gobernador los números que hoy le conceden este nivel de aprobación.
Y es precisamente porque esto lo coloca en la antesala de la popularidad nacional, que los que sí se ocupan en pensar y no en grillar o en enojarse, están anticipando un escenario: si la gobernadora de la Ciudad de México no ocupa este puesto en la mente de los ciudadanos, la propaganda no le va a servir de mucho para cambiar de posiciones en el ánimo social, y eso es un gran problema para sus aspiraciones presidenciales. Lo mismo pasa con los que no se pueden medir con igual rasero porque no son gobernadores: Marcelo y Adán.
Seguramente ella, como el propio Marcelo Ebrard, y Adán López, et al, buscarán sumar a sus carteras la popularidad de “El pollo” que sí apoya, pero que también sabe que él representa un punto de ruptura en la mecánica tradicional de elección presidencial, porque es un nuevo elemento en la ecuación, una “ficha” que no tenía en la mente el presidente López Obrador hasta el día de hoy. Sí, incluso hasta esta “mañanera”.
Y se estará preguntando el propio López por qué un medio “conservador” publica que el Gobernador mejor evaluado por sus gobernados es uno de izquierda, y debajo del mismo coloca a dos de derecha. Se llama “efecto pirámide”. Lo que muchos no han querido ver (y que ya comienza a ver el presidente) es lo que sucede en el contexto real del imaginario popular: se trata del único mandatario estatal que es percibido por el pueblo como la auto realización de su propio heroísmo, de su propia aspiración a mandar, de su sentimiento del triunfo de su identidad e idiosincrasia y, también, del sentimiento de “su” justicia ante las injusticias del criollismo partidista que históricamente ha gobernado todo latifundio nacional llamado Entidad Federativa. “El pollo que te apoya” es lo que pulsa las fibras emocionales del elector potosino. De ahí que la gente, esa aglomeración de sentires y expresiones, lo eleve: porque se eleva con él, y eso evita que se endiose su figura. “Él es como nosotros” y ese “nosotros” va con él.
Habrá que seguir estudiando estos fenómenos sociológicos y su conexión con los procesos electorales; pero en lo que se fragmenta la alianza prianista y eso abre la puerta a una elección mucho más variada en cuanto a perfiles, y aunque aún falta mucho para que se defina quiénes encabezarán las candidaturas presidenciales, si el Gobernador potosino y su equipo de trabajo se siguen aplicando para anclar en lo alto el nivel de popularidad y aprobación, a este caballo verde (y no me refiero al de Pablo Neruda) ya nadie lo para, pues le van a salir alas.
Por toda esta expectativa, es que su informe de Gobierno será visto fuera del Estado, para que los expertos evalúen si existen condiciones para considerarlo como una amenaza a neutralizar por parte de sus eventuales opositores; esos que en lo local lo intentaron minimizar cuando anunciaba sus intenciones de ser Gobernador de San Luis Potosí y que, en lo nacional, lo intentarán frenar porque en realidad, en el fondo, saben que ningún virrey de México viene del pueblo, excepto “El pollo”, lo que le quita el traje pomposo de virrey y le pone el overol del trabajador. Damas y caballeros: bienvenidas y bienvenidos a la República Popular del Potosí.
Fuera de bromas, es de imaginar que el nivel de exigencia en cuanto a los resultados y la promoción de su impacto social se incremente. Básicamente, la maquinaria del Gobierno del Estado de San Luis Potosí se orientará, de manera central, a ejecutar dos acciones: más resultados de mayor impacto, e incremento en la socialización de sus beneficios. Ambas varas, altas y constantemente medibles, son la forma de extraer más producto de valor, y sus oscilaciones se verán aceleradas por la inercia que está tomando el mandatario potosino.
De amanecer con el 70 por ciento de aprobación en el primer trimestre de 2023, a base de resultados y difusión, resultados y difusión, resultados y difusión, Ricardo Gallardo Cardona ya estará montado sobre una campaña “natural” a la presidencia de la República. Para ello, el fortalecimiento de sus relaciones nacionales y, para los que se fueron con la finta del mezcal, esos sabihondos de la cultura del Islam, también de sus relaciones internacionales, están apenas en su punto de arranque.
Veámoslo como es, y no como se lo imagina el “circulito rojo” local, que tal vez representa el uno por ciento del 34 por ciento de los potosinos que se despertaron con esta sorpresiva (para ellos) noticia: la aprobación es muy diferente al conocimiento popular, y es distinto que se mida por un instrumento de la derecha que por uno de la izquierda, y que tenga un impacto mediático tan fuerte que incluso pueda hacer vibrar los vidrios de los otros 32 palacios de Gobierno. Capicci?
Para el otro 66 por ciento, está claro que este número se queda corto, y que conforme se vaya uniformando la opinión pública se va a ir fortaleciendo la presencia del único gobernador del PVEM y, por hoy, en términos de cómo lee la gran franja social este tipo de encuestas, el mejor de México, y el mejor que ha tenido San Luis Potosí. Esto, a un año de iniciar su Gobierno.
PD Hasta antes de que alguien “de muy arriba” pidiera que la bajaran tres rayitas al tigre de la encuesta, estos eran los números filtrados por fuentes internas. Sí los puso nerviosos.