En 1976, Frederick Newhall Woods y dos cómplices secuestraron un autobús lleno de niños en Madera, California. Los enterraron vivos, junto con el conductor, mientras pedían rescate por ellos. Casi 50 años después, podría quedar en libertad.
El pasado 25 de marzo, en una audiencia en la prisión estatal California Men’s Colony, en el condado de San Luis Obispo, Woods, quien participó en el que es considerado como el secuestro más grande en la historia de Estados Unidos, fue declarado apto para ser puesto en libertad condicional. Al acusado se le había denegado la libertad en otras 17 ocasiones, informó la cadena NBC News.
Woods, quien actualmente tiene 70 años, fue sentenciado por su participación en el secuestro de los 26 niños, de edades entre cinco y 14 años, y del chofer del autobús. Los hermanos Richard y James Schoenfeld le ayudaron a Woods a secuestrar el autobús cerca de Chowchilla, al suroeste de San Francisco. Las víctimas fueron llevadas a Livermore, donde se les encerró bajo tierra, en un búnker ventilado, en una cantera propiedad del padre de Woods. Los niños permanecieron allí en condiciones deplorables durante 16 horas.
Los secuestradores, que al parecer se inspiraron en la película de Harry el Sucio, exigían a las familias un rescate de 5 millones de dólares.
Sin embargo, aprovechando un momento en que los secuestradores dormían, lograron abrirse camino bajo tierra y escaparon.
Los tres secuestradores se declararon culpables y recibieron 27 cadenas perpetuas, sin posibilidad de libertad condicional, pero un tribunal de apelaciones anuló la sentencia y determinó que los acusados debían tener la posibilidad de recibir la libertad condicional si cumplían con los requisitos. Fue así que Richard fue liberado en 2012 y James en 2015.
“Una empatía que entonces no sentí”
Sólo queda preso Woods, quien el viernes pasado, en su audiencia, se disculpó por sus acciones, diciendo a la junta que lo escuchó que sentía por las víctimas “una empatía que entonces no sentí”.
“Mi carácter ha cambiado desde entonces. Tenía 24 años. Ahora entiendo totalmente el terror y el trauma que causé. Asumo la responsabilidad de ese acto abominable”, añadió, según NBC News.
El caso será revisado en 120 días y la junta deberá decidir y pasar, si así lo considera, el expediente a la Oficina del gobernador, que tiene la última palabra.
Dos de las víctimas, Larry Park y Rebecca Reynolds Dailey, se mostraron a favor de la liberación de Woods. “Creo que has cumplido el tiempo suficiente por el delito que cometiste”, dijo Park durante la audiencia.
Pero no todos están de acuerdo. Lynda Cerrejo, quien también estuvo entre los niños secuestrados, dijo a CNN que sólo pensar que su agresor puede quedar en libertad condicional le provoca náuseas. “Estoy viviendo toda esa terrible experiencia de nuevo”, lamentó, y dijo que hubo momentos durante el tiempo que pasaron enterrados, en que pensaban que morirían allí, en ese búnker, abandonados.
El Universal