El expresidente Enrique Peña Nieto sostuvo reuniones con un supuesto integrante del Cártel de Sinaloa en España, reveló Diego Arias García, un agente de la Policía Nacional de dicha nación.
Diego Arias, quien era un subinspector de la policía española, realizó dicha confesión el pasado 2 de junio de 2022 al rendir una declaración judicial por su presunta complicidad con una red del Cártel de Sinaloa asentada en España.
De acuerdo a su testimonio, el narcotraficante sinaloense Jesús Flores Ramo presumió que en algún momento cenó “con el expresidente de México (Enrique) Peña Nieto”, en España. Además de tener comunicación con “el que va venir de embajador de México a España”, en alusión a Quirino OrdazCoppel.
Al cuestionarle por el motivo de ese contacto, el presunto narco y responsable de lavado de dinero le explicó: “Para traer dinero a España”, publicó el semanario Proceso.
Estas declaraciones se dieron después de que la policía española desarticulara en mayo de este año una red del Cártel de Sinaloa asentada en España. El líder de esta célula criminal era Jesús Flores Ramo.
Un clan familiar vinculado con cárteles mexicanos de la droga
El gobierno de España informó el 4 de junio de 2022 que desarticuló una organización criminal internacional dedicada al tráfico de drogas vinculada con cárteles mexicanos.
Producto de dicha operación, la policía española incautó mil kilos de marihuana y 37 kilos de cocaína; además de desmantelar dos laboratorios para el procesamiento y distribución de droga y el decomiso de bienes de lujo por un importe superior a los seis millones de euros.
“La organización contaba con una estructura de sociedades en España, Colombia, Suiza y Portugal para blanquear el dinero procedente de sus actividades criminales”, afirmaron las autoridades españolas en un comunicado.
La investigación se inició a finales del año 2020, cuando se detectó la llegada a Madrid de varios ciudadanos mexicanos procedentes de Sinaloa, que rápidamente se instalaron en diferentes viviendas de lujo.
Al poco tiempo, los agentes observaron que los recién llegados comenzaron a trabajar en grandes plantaciones de marihuana situadas en la provincia de Guadalajara, donde recibían visitas reiteradas de personas vinculadas al tráfico de drogas.
Con el avance de las pesquisas, los agentes identificaron a un clan familiar, vinculado con cárteles mexicanos, que había introducido a Esáña más de diez millones de euros en metálico y oro de inversión con la finalidad de asentarse en España.
Los narcotraficantes comenzaron a comprar decenas de vehículos de lujo y viviendas de alta plusvalía, así como a adquirir varios negocios y a constituir sociedades cuyo propósito, tal y como quedaría acreditado posteriormente, era canalizar los beneficios obtenidos de la venta de sustancias estupefacientes.
“Asimismo, los miembros de la organización no dudaron en comprar voluntades de distintos funcionarios para que les ayudaran a asentarse y a conseguir documentación”, afirmó el gobierno español.
Tras varias gestiones policiales, se evidenció que el clan familiar se relacionaba con personas, tanto españolas como extranjeras, con antecedentes y condenas vinculadas a la venta de sustancias estupefacientes, de forma que les facilitaban la entrada a un nuevo mercado que no era el suyo.
El Financiero