Intervencionismo y simulación

A finales del mes de marzo tuvo lugar en la Ciudad de México un evento político, dada la proximidad de las elecciones eso no es novedad, pero sí la característica de haber sido convocado por una funcionaria extranjera a quien le han permitido intervenir en asuntos internos en contravención con el artículo 33 de la Constitución Federal. En eso consistió la presencia de Irene Montero, Ministra de Igualdad en España, perteneciente al gobierno de Pedro Sánchez; en el denominado “Encuentro Internacional Feminista” producido en la antigua casa presidencial de Los Pinos.

Lo primero a señalar es que, si bien el evento fue etiquetado de feminista, los puntos de su agenda impulsan temas opuestos a los Derechos Humanos, especialmente a los derechos de las mujeres, a pesar de pretender emular una posición activista, todas las invitadas son funcionarias, mujeres pertenecientes a partidos políticos con puestos de gobiernos populistas como lo es Morena en México.

No es casual, sino propio de este tipo de expresiones de poder, la idea de suplantar al movimiento feminista por representaciones serviles a las presidencias en turno, dígase aquí el propio Pedro Sánchez, Andrés Manuel López Obrador, Alberto Fernández, Gustavo Petro o Gabriel Boric, líderes a quienes el feminismo les resulta profundamente incómodo y que han optado por ofrecer a las mujeres de sus países una agenda de “libertades” que pasa por la prostitución y los vientres de alquiler como medio de subsistencia, de la mano con la eliminación de la categoría sexual, esencial para identificar el avance de los derechos en las regiones por la “identidad de género” poniendo de excusa un supuesto reconocimiento a las personas trans.

Este proyecto de fomento político de unas cuantas, se inserta en momentos de crisis, justo cuando el papel de estas funcionarias es cuestionado debido al nulo cumplimiento de sus obligaciones, es el caso de la propia Irene Montero ante los feminicidios y las violaciones ocurridos en España, la inserción de una ley que criminaliza a las feministas críticas del género y de otra que prometió un mayor acceso a la justicia para los delitos sexuales pero ha acabado beneficiando con la libertad a violadores con sentencia.

Su rol central fue claramente descrito por Marta Lamas en entrevista para Foro TV quien ha comentado de las mujeres que estuvieron como propias de una “política real desde la izquierda”, a las ex ministras de Perú, de Argentina, de Bolivia, la presidenta del Congreso de Ecuador, una diputada de Chile, una exsenadora de Brasil y como cereza del pastel Irene Montero fundadora junto con Citlalli Hernández, Nadine Gasman, “la mujer de Boric”, además de asistentes de “mucho nivel” como la gobernadora de Colima, Malú Micher y por supuesto Claudia Sheinbaum.

Creería usted que el tema de la académica en pleno siglo XXI fue la lucha contra el “fascismo” y al cabo también se relató una visita de Montero a Iztapalapa, que ocupa el segundo lugar entre los 100 municipios con mayor número de feminicidios en el país, tan sólo por debajo de Toluca. Lamas describe claramente que el sitio elegido está detrás de un reclusorio y que ahí hubo gente de origen “muy muy popular”, será por eso la decisión de denominar así a la actividad para sentir la tierra con la que se ensuciaron las participantes al dejar entrar a las mesas de discusión a “esa gente” tan de barrio.

Lamas, quien aún se identifica como feminista, a pesar de estar desde hace bastante tiempo en contra de toda la agenda con excepción del aborto, aplaudió que Citlalli señalara que ese evento era para que tomen el poder, las “feministas de izquierda”, que tienen en la mira un “feminismo popular, transincluyente y abierto a la diversidad”, es decir, un conglomerado de intereses político partidistas con no poca inversión de recursos económicos dirigida y destinada para hombres, en tanto son varones, los interesados en perpetuar el proxenetismo sexual y reproductivo en las regiones más pobres, además de iniciar con la corriente que aboga por hormonar y mutilar menores de edad yendo por encima de la voluntad de padres y madres.

Es probable que solo para Marta fuera una sorpresa la potencia de semejante proyecto, si por primera vez el “feminismo” fundado en Los Pinos es al que se le inyecta dinero y se le abren las puertas, el que no es criminalizado, ni perseguido, ni amenazado, se debe a que sus actoras no se oponen ni contradicen los dictados de sus patronos. Precisamente esta comprensión sumisa, no se extiende más allá del sexo de las mujeres protagonistas, no dicho por quien esto escribe sino por ellas mismas y desde el propio testimonio de aquella a quien vinieron a cobijar en su campaña a la presidencia: Claudia Sheinbaum.

En 2021, durante una entrevista en el programa Largo Aliento de Sabina Berman para Canal Once, a la jefa de Gobierno de CDMX se le preguntó si se consideraba feminista, dijo que sí, pero como Ángela Davis en el sentido de “reconocer a las mujeres como personas”, luego un poco para reafirmarse señaló que su madre fue amiga de Martha Acevedo y que a su casa llegaba la Revista FEM.

Sabina, quien le introdujo la pregunta como la existencia de varias izquierdas para pasar al feminismo que marca la desigualdad entre hombres y mujeres, le cuestiona de si cree que el feminismo es un distractor, ante lo cual Claudia responde que cualquier cambio depende de que sea parte de un “proyecto de nación”, alude entonces la respuesta de varios hombres de izquierda: “eso lo vemos después” aunque ella misma esté supeditada a la aceptación del hombre de la misma izquierda vieja que nunca ha creído que el feminismo sirva de algo y del cual depende completamente para que le entregue el poder y perpetúe su modo de hacer las cosas

Habla del conflicto por el monumento a Cristóbal Colon y su intención de poner a una mujer indígena para luego decir que al feminismo “se le olvidan las mujeres indígenas”, las más pobres de las pobres, y desde su perspectiva ella es feminista y ambientalista, pero sobre todo una mujer que piensa que la Cuarta Transformación es la vía donde se debe seguir.

Berman dice que México es feminista como ningún otro país en el mundo por tener mujeres legislando entre otras representaciones políticas, y que ella espera con impaciencia que “el feminismo de las políticas termine de bajar” haciendo alusión al Santo Grial de hallar a “La política” que erradique la violencia contra las mujeres a lo que Claudia Sheinbaum responde que fue ella quien decidió declarar la Alerta de Género en la Ciudad de México, para lo cual creo además 11 puntos de acción, presumiendo de haber hecho una ley para sacar al agresor de la casa con independencia de la propiedad, es decir atribuyéndose una norma que en realidad fue originada como orden de protección en 2007 por Marcela Lagarde cuando fue diputada federal. Así mismo se adjudica la autoría de generar algo que llama “flagrancia continuada” con la fiscal de Ciudad de México, lo que aumentó las detenciones (que no sentencias) por feminicidio al 300% Berman como mucha gente en México, confunde eso con un adecuado combate a la impunidad.

En el punto cúspide se le preguntó del trato dado a la marcha feminista de 2021 cuando encerraron el Palacio Nacional donde estaba escondido Andrés Manuel.

A ello Sheinbaum aclara que ella como jefa de gobierno es feminista y atiende a las mujeres, pero que las movilizaciones deben ser pacíficas, su problema según es que las mujeres policías no pueden aguantar cualquier cosa, (la pregunta es por las vallas de metal en palacio), y que ante las manifestaciones violentas qué hacer, ¿dejar que se rompa Palacio Nacional? ¿Qué entren violentamente? ¿Qué quemen? Ahí entonces es su responsabilidad proteger (el Palacio), feministas dice, haciendo un gesto de entrecomillado que queman librerías, para ella eso es fascismo.

Esto coincide con su líder Andrés Manuel López Obrador quien el 8 de marzo afirmó: “Ya logramos que sea una realidad el feminismo, creo que eso ya se quedó atrás, porque ya la 4T es feminista. Ya eso se logró. Fue una lucha de muchos años de mujeres y del movimiento democrático, y ahora lo que tenemos que tomar como objetivo es consolidar la transformación del país”.

Siendo el feminismo el único movimiento político que ni comprende y al que ignora como responder, el ataque de reemplazarlo por seguidoras fieles no se ha hecho esperar, así, la domesticación propia por intereses personales es una cosa, pero esa decisión no nos abarca. A más ver

Claudia Espinosa Almaguer

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