Guatemala vivió un momento de gran tristeza cuando un camión atropelló a una joven motociclista en la glorieta de Tecún Umán, en la zona 7 de Quetzaltenango. El video, captado por una cámara de seguridad, recorrió las redes sociales, e indignó a los usuarios porque el responsable huyó de la zona luego del impacto, ni siquiera se detuvo a brindar auxilio.
La víctima fue Débora Abigail, de 17 años, quien viajaba en una motocicleta acompañada de su pequeña mascota. Un perrito al que acababa de adoptar, pues fue rescatado de la calle. De manera inmediata llegaron las autoridades y los servicios de emergencia a la zona, pero la conductora ya no contaba con signos vitales.
Perrito no se separa de su dueña tras morir
Además, se presentaron en el lugar sus familiares e identificaron el cuerpo, y también lograron rescatar a un perrito, quien se volvió viral en las redes sociales y enterneció a todos los usuarios, debido a que se quedó junto al cuerpo durante todo el tiempo que duraron las primeras pesquisas.
La Policía Nacional Civil y el Ministerio Público informaron que se remitieron inmediatamente a la compañía de transportes para dar con el sujeto tras el volante. Lamentablemente no han podido dar con su paradero, a diferencia del camión, mismo que fue hallado abandonado a varios kilómetros. El mismo quedó incautado para realizar exámenes.
¿Quién era Débora Abigail?
La víctima del choque tenía 17 años, era originaria de Xela, donde vivía con toda su familia. Medios locales informaron que se trataba de una estudiante del bachillerato, donde también desarrollaba estudios en Criminología por el Centro de Estudios Integrados. También era una amante de los perros, por eso había lo posible por rescatarlos y ayudar a los lomitos de la calle.
El día anterior del accidente adoptó al perrito luego de rescatarlo de las manos de un hombre que la estaba vendiendo. De acuerdo con la tienda Planeta Mascota, donde estaba comprando ropa y accesorios antes de su muerte, el sueño de Abigail era abrir un refugio para cachorros que no tuvieran casa.
Desde aproximadamente los 12 años habría empezado con este sueño. Lo que hizo fue vender empanadas y pastelitos, con el dinero que ganaba podía pagar sus estudios, pero también ayudar a los perros de la calle. Era su último año de escuela, y estaba lista para entrar a la universidad.
El Heraldo de México