“Es la prohibición lo que hace que cualquier cosa sea preciosa”. Si la idea se aplica a la relación entre la actual política antidroga y su alto consumo, especialmente en Estados Unidos, se entiende bien a qué se refería el escritor estadounidense Mark Twain. Opioides, canabinoides, cocaína, estimulantes, anfetminas, psicotrópicos, anfetaminas, cocaína, alucinógenos, inhalables; naturales, diseñadas; legales, ilegales. Inhaladas, aspiradas, sublinguales, oftálmicas, intravenosas, intramusculares, orales, cutáneas, tomadas: Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas del mundo, según el almanaque de su propia Agencia Central de Inteligencia, y su vecino al sur el país en que más personas mueren en la lucha por monopolizar ese mercado que, cada vez más, tiende a regionalizarse. América del Norte –México, Estados Unidos y Canadá– es la mayor región de uso de drogas ilegales en el planeta. La consecuencia es que, cada año, 45 mil personas mueren en relación con su uso. Ningún otro lugar del mundo se acerca tampoco en este aspecto. Sólo en Estados Unidos, según datos de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, mueren más personas por esta causa que por las relacionadas con armas de fuego. En 17 estados y en el Distrito de Columbia es la principal causa de muerte, incluso por encima de los accidentes automovilísticos. La misma fuente estima que en la aún primera economía del mundo ocupó 193 mil millones de dólares en el tema de las drogas, gasto relacionados con la justicia penal, los costos de la atención médica, la pérdida de competitividad económica, la capacidad de acción militar, los resultados en la enseñanza y la productividad en el trabajo. Pero, ¿qué es todo lo anterior ante el argumento de que Estados Unidos es, por mucho, el primer consumidor de drogas ilegales del mundo, uno de 400 mil millones de dólares, esa misma moneda que deja bien clara la posición de quien la imprime: In God we Trust? Y la creatividad aflora, como se observa en este documento elaborado y clasificado como confidencial por el Centro de Inteligencia y la Unidad de Inteligencia contra Narcóticos de Nueva York.
Radiografías de los autos con drogas ocultas Los automóviles son el principal medio de transporte de drogas en Estados Unidos, porque este es un país fundamentalmente de consumo. Si por México corren algunos ríos, por el país del norte lo hacen muchos arroyos.
Dodge Intrepid Las respuestas inconsistentes de un conductor llevaron al hallazgo de casi 295 mil dólares.
Dodge No sólo se utilizan partes exteriores de los autos para ocultar mercancía ilegal. En este caso, se ocultó dinero y armas en la barra de la dirección hidráulica.
Compartimiento oculto en el toldo de un Ford Los dobles fondos fueron ampliamente utilizados por contrabandistas estadounidenses y mexicanos desde la década de los ochenta. Actualmente se utilizan empaques con forro de plomo para evitar la detección con rayos-X.
Relleno en el hueco de bocina de un Nissan 350Z Incautación de 24 kilos de marihuana de alta calidad dentro de este deportivo inspeccionado en la frontera con Canadá.
Llanta rellena de marihuana
Cuadro Un kilo de cocaína oculto dentro de un cuadro de figuras egipcias fue descubierto por el Servicio postal neoyorquino proveniente de Puerto Rico.
Mueble Cincuenta kilos de heroína fueron colocados dentro esta cabecera y descanso de pies de cama. El escondite quedó al descubierto por la aplicación incorrecta de resina para rellenar el faltante de madera en una de las juntas de la pieza.
Chocolates Los chocolates en forma de pez están hechos con hachís y los dulces color rosa grabados con figuras de Halloween son de psilocibina, la sustancia activa producida por unos 200 hongos alucinógenos diferentes, incluidos los originarios de México
Dulces Maricho Disfrazados en empaques de una marca de dulces, se encontraron 82 paletas, 25 barras de chocolate y 86 caramelos que contenían, en distintos porcentajes, heroína, trazas de cocaína, cafeína y un analgésico llamado aminopirina.
Latas de Pepsi y Pringles 1 mil 644 dólares y siete gramos de cocaína. A las marcas exteriores de los envases se sumó la del contrabandista: una manzana roja y el número “3434”, quizá relacionado con el número de embarque.
Botellas de agua Los envases de plástico son fáciles de recortar y las etiquetas de las marcas funcionan bien para ocultar el corte y el recipiente interior con la droga.
Bocinas Cincuenta y cuatro kilos de cocaína ocultas en esta bocina incautada en Queens, NY
Cerdos de Guinea El uso de animales vivos o muertos es una práctica cada vez más frecuente entre los narcotraficantes. En México se han encontrado tiburones rellenos de cocaína y armadillos disecados con heroína en su interior. Medio kilo de esta última sustancia se halló en el interior de estos cerdos de Guinea.
Cinturón y calzoncillo sostén Marihuana y cocaína.
Hebilla de calavera diseñada especialmente para ocultar objetos en su discreto recipiente.
Peluca de heroína Este hombre entró a Estados Unidos por el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York con 40 paquetes de heroína pegados al cuero cabelludo, y ocultos bajo una peluca.
En tapete Tapete con heroína comprimida en el tejido de la alfombra tejida en Afganistán, el mayor productor de esa sustancia en el mundo, y con destino al mercado interno de España vía Bélgica.
Conejo de peluche Usualmente, la droga es empaquetada, pero en el caso de estos 5 kilos de metanfetaminas, se mezcló con el relleno del juguete, un tipo de objeto utilizado con frecuencia por traficantes minoristas.
Caja de Legos Una ruta tradicional al mercado neoyorquino de cocaína es la que pasa por Puerto Rico. En esta caja de Legos se encontraron los tres elementos mejor relacionados por la prohibición de sustancias recreativas, política impulsada por el gobierno estadounidense: la sustancia, armas y 86 mil dólares, la moneda que enuncia: “In Drugs We Trust”.
http://www.sinembargo.mx/02-04-2013/573668