Una publicación en redes sociales desató una intensa discusión sobre la importancia de las mascotas en la vida cotidiana, luego de que una mujer compartiera una experiencia relacionada con la solicitud de licencia de una empleada por la muerte de su perro.
La usuaria narró que la empleada pidió dos días de Home Office debido a que su mascota estaba enferma y sería sacrificada. Aunque la autora del post admitió su dificultad para ser empática en tales situaciones, decidió conceder los días de descanso solicitados.
El debate generado en torno a este episodio se centró en la sensibilidad y empatía en el ámbito laboral. Mientras algunos argumentaron que el duelo por la pérdida de una mascota es válido y merece ser reconocido, otros cuestionaron la idoneidad de otorgar licencia por duelo ante la pérdida de un animal.
Por un lado, se destacó que conceder días libres para enfrentar este tipo de pérdidas es un acto de compasión y consideración hacia el bienestar emocional de los empleados. Por otro lado, se planteó que no se debe equiparar el duelo por la pérdida de una mascota con el duelo por la pérdida de un familiar humano.
En un entorno laboral cada vez más competitivo, es esencial que las empresas reconozcan y atiendan las necesidades emocionales de su personal, promoviendo así un ambiente laboral más saludable y productivo para todos.
