Una familia de Virginia, en Estados Unidos, está de luto después de que su hija de 10 años muriera de COVID-19, pocos días después de que comenzara a sentirse mal.
Nicole y Jeff Sperry dijeron que su hija Teresa no tenía afecciones subyacentes y que desarrolló un dolor de cabeza por primera vez el pasado 22 de septiembre. “Pensamos que era solo un simple dolor de cabeza”, dijo Nicole a CNN.
“Tengo dolores de cabeza; las migrañas son hereditarias en nuestra familia. Le dimos medicamentos y se sintió mejor. Al día siguiente, cuando llegó a la casa de la escuela, se desmayó, se fue directamente a la cama a tomar una siesta y ella no hacía usualmente eso”, relató la madre.
Teresa se despertó de esa siesta con fiebre, por lo que la mantuvieron en casa y sin ir a la escuela en Suffolk al día siguiente. Llamaron a su pediatra, quien programó una cita para realizarle un examen de COVID y les dijo que la mantuvieran en cuarentena.
Pocos días después, el domingo por la noche (26 de septiembre), Teresa pareció dejar de respirar y la llevaron al hospital. A la tarde siguiente, el 27 de septiembre, la niña murió.
“Estaba sana y fuerte. Y se derrumbó en cinco días”, dijo Jeff. En tanto, Nicole dijo que Teresa “era una persona muy cariñosa” a la que le encantaba ayudar en la escuela. “[Yo] siempre dije que ella era mi mini-yo. Cuando nació, salió luciendo exactamente como yo“, indicó.
“Ninguno de mis chicos se parece a mí. Ella tenía mi misma personalidad, mi misma sonrisa. Saludaba y saludaba a personas al azar; los felicitaba por su cabello, o su camisa. Ella siempre pensaba en los demás“.
Nicole y Jeff están completamente vacunados, al igual que sus dos hijos mayores que tienen la edad suficiente para decidir, pero Teresa y su otro hijo de 9 años eran demasiado pequeños para vacunarse.
Nicole dijo que la noche después de la muerte de Teresa, su junta escolar celebró una reunión en la que “había gente que decía, ‘el COVID se acabó’, que no afecta a las personas sanas, que no mata a las personas sanas, que nosotros básicamente podríamos seguir adelante con nuestras vidas”.
“Si hubiera terminado, mi hija todavía estaría aquí. No estaríamos haciendo estas entrevistas. No estaríamos preparándonos para su funeral. Y me molestó tanto que la gente se mostrara tan indiferente al respecto. Mientras mi única hija se había ido”, dijo Nicole, llorando. “No es justo”, señaló.
La pareja dijo que están compartiendo su historia para incentivar a las personas a vacunarse y proteger a los niños que no pueden hacer lo mismo. “La única forma en que esto tiene sentido es que ella [Teresa] salve a la gente”, dijo Jeff. “No quiero que otras personas tengan que hacer lo que estamos haciendo nosotros en este momento”, cerró.
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