En medio de la amenaza del huracán “Orlene”, con vientos máximos de 140 kilómetros por hora, un desesperado padre con su hijo de tres años de edad, picado en dos ocasiones por un alacrán, cruzó la sierra de Durango y logró llegar a un hospital de Sinaloa con el menor.
Los médicos que lo atendieron en el Hospital Integral del municipio de El Rosario, Sinaloa, golpeado por los efectos del fenómeno natural, lograron restablecer al pequeño, cuyo angustiado padre tardó seis horas en cruzar toda la sierra desde la comunidad de los Ángeles, Pueblo Nuevo, para que su hijo recibiera atención médica.
En su visita al nosocomio, el secretario de Salud sinaloense, Cuitláhuac González Galindo, escuchó el relato de la odisea que pasó el padre del menor en la alejada comunidad, donde se carece de un médico general para atender a la escasa población.
Con su hijo de tres años en brazos, el hombre cruzó a caballo por tres horas la sierra de Durango hasta alcanzar el poblado de La Rastra, en la parte alta del municipio de El Rosario. En ese lugar, ante la desesperación de que el menor presentaba signos de agravarse por el veneno, buscó ayuda.
El hombre, cuya identidad se mantiene en reserva, le contó al personal médico que en territorio de Sinaloa logró convencer a una persona para que los trasladara en su vehículo al hospital regional, ubicado a tres horas más de distancia. A cambio del servicio le pagó dos mil pesos.
Lo que más llamó la atención del personal médico fue que el pequeño, al reponerse de la doble picadura de un alacrán, lo primero que pidió fue que le sirvieran unos tacos.
En su visita al hospital, González Galindo conoció que dicho nosocomio tiene problemas en su infraestructura, escasez de personal especializado y de equipamiento para practicar cirugías.
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