#SLP Vecinos de Lomas, hartos de antros

Se desborda el impacto de la operación de bares y otros establecimientos de entretenimiento nocturno que el ayuntamiento de la capital y el gobierno estatal permiten con libre operación en Lomas Primera Sección. 

Frentes de cocheras convertidas en estacionamiento de otros, escándalo, falta de higiene y consumo excesivo de alcohol, terminaron con la quietud de esa colonia, se quejan residentes. Y no hay forma ni siquiera de que los multen por exceso de ruido. 

La NOM-081-SEMARNAT establece un límite máximo permisible para exteriores en zonas residenciales de 55 decibeles en horario de 6 a 22 horas y de 50 decibeles de 22 a 6 horas. Mediciones que han realizado los vecinos regularmente rebasan los 70 decibelios.  

Las primeras plazas comerciales fueron autorizadas en el año 2007, y ni los negocios ni los usuarios caben, por ejemplo en las calles Río Kennedy, Avenida del Potosí y Guadalcázar.

La operación abierta de los negocios ya abarca incluso viviendas que fueron forzada e insuficientemente adaptadas para restaurantes y bares, que no solo incumplen las normas sanitarias y de Protección Civil, sino que incluso nunca fueron planeados con estacionamiento. Los que más le dedicaron adaptaciones, construyeron locales comerciales.

Vecinos de la zona explicaron que entre los negocios que perturban las horas de sueño de la zona habitacional, se encuentran “Kennedy”, “500 noches”, “El Mezquite”, “UMI Sama”, “Cartoons”, “Porfirio” y “Maho”.

Los vecinos también batallan porque a través de los años, el Municipio ha permitido negocios que incluyen una plaza que involucra un uso de suelo para locales comerciales de giros mercantiles diversos, pero fueron abiertos negocios de antros y cantinas disfrazados de restaurantes, que operan sin restricciones hasta entrada la madrugada.

Se quiejaron de los niveles de ruido de “La Terrazita”, “Rockabilly”, “La Traza”, “Loreto” y “Once Once”.

Comentan que como vecinos, han revisado la operación de todos esos giros negros, y observan que no cumplen con las reglas sanitarias de higiene en cocinas, estufas, refrigeradores, hieleras y servicios sanitarios.

Además, los afectados afirman que se consideran en riesgo porque ni los propietarios ni los operadores de los negocios respetan cocheras de vecinos, ruido, aforo, protección sanitaria, distanciamiento, horarios y horarios de venta de alcohol.

Pulso

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