Taxistas, plataformas, un Leonel Serrato atípico… y la FENAPO

Por Victoriano Martínez

La manifestación del grupo “La Resistencia. Taxistas Libres” este jueves pudo ser considerada como una de tantas, de no ser porque por sus características presagia el regreso de situaciones que parecían superadas y, al confrontarlos, Leonel Serrato Sánchez, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), tuvo un comportamiento atípico.

El carácter explosivo de Serrato Sánchez brilló por su ausencia ante los taxistas manifestantes, a pesar de lo ofensivo que le pudo resultar que, al pedir su presencia, quienes protestaban gritaban “que salga Serrato”, “queremos al pinche mentiroso”.

No los regañó, ni giró instrucciones para que fueran los últimos en ser atendidos como lo hizo con una persona de la tercera edad en abril de 2020.

No los calló, ni les gritó que tendrían que esperarse a que él les diera la palabra como lo hizo con un taxista en Ciudad Valles en octubre de 2021.

Tampoco fue grosero ni los agredió por haberlo ido a buscar hasta su oficina ni los persiguió para amenazarlos con no volverlos a atender, como lo hizo con la reportera Magie López en Ciudad Valles en febrero de este año.

Evitó gritarles un “¡siéntense y si no, váyanse!” ni les prohibió tutearlo ni les pidió que le anotaran sus peticiones para lanzarle la pregunta “¿Sí saben escribir?”, como lo hizo en una reunión con taxistas a principios de este mes.

El Leonel Serrato Sánchez que este jueves se plantó ante los taxistas manifestantes fue uno muy diferente al que protagonizó esos desaguisados que se citan como ejemplos y sobre los que incluso hay abierta de oficio al menos una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

Un Leonel Serrato Sánchez con una larga carrera de mutaciones que lo mismo pasó de señalar con índice de fuego al exgobernador Horacio Sánchez Unzueta a ser favorecido por éste con una notaría; que igual señaló los Gallardo como delincuentes que matan, extorsionan, levantan, atosigan y cercan las libertades que ahora es su colaborador muy cercano.

Lejos de ser el intolerante, el autoritario a quien le estorba que la UASLP se niegue a violar el derecho a la protección de datos personales de sus estudiantes y hasta el acreditado judicialmente como responsable de violencia de género, Serrato Sánchez fue este jueves un funcionario tan condescendiente que sancionó a un vehículo retenido por los manifestantes.

Una medida que, independientemente de ser procedente o no, aparece como resultado de una presión por parte de un grupo de manifestantes que hace recordar la época en la que los taxistas se dedicaron a cazar vehículo de Uber, de manera especial  en la temporada de Feria (¿coincidencia?).

De volver aquellos tiempos, habría una diferencia según lo anunciado por Serrato Sánchez: “Si hay resistencia de particulares, que lo ejecute como debe ser, la Guardia [Civil Estatal]”, dijo. Es decir, ahora no serán los inspectores de la SCT quienes se encarguen de sancionar a los vehículos señalados por los taxistas.

Un panorama que abre otra vez el riesgo de que cualquier vehículo particular sea confundido con el de alguna plataforma que combatan los taxistas y su conductor sea agredido ya no por inspectores sino por elementos de la Guardia Civil Estatal.

Es como si, así como en el sexenio pasado la autoridad estatal contó con un grupo de taxistas que se llamaban los Extraditables para combatir a su competencia, en el actual se comenzara a configurar el grupo “La Resistencia. Taxistas Libres” como brazo ejecutor de una maniobra similar.

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