MADRID (EUROPA PRESS) – El expresidente de Estados Unidos Donald Trump testificará en su propia defensa el próximo 11 de diciembre en su juicio por fraude fiscal en el Tribunal Supremo de Nueva York, donde la Fiscalía le reclama 250 millones de dólares.
El abogado del magnate, Chris Kise, informó que su cliente será el último en subir al estrado. Una semana antes está previsto que preste declaración su hijo Eric Trump. La fiscal general de Nueva York, Letitia James, acusó a los Trump y a su compañía de inflar sus cuentas en miles de millones de dólares.
La defensa de Trump también presentó un recurso en un tribunal de apelaciones para desestimar la orden de silencio que le impuso el juez del caso, Arthur Engoron, tras considerar que una de sus publicaciones ponía en riesgo la seguridad de su asistente legal, Allison Greenfield.
Trump utilizó su red social, Truth Social, para publicar una imagen de Greenfield posando con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer. “La novia de Schumer, Allison R. Greenfield, está llevando este caso en mi contra. ¡Qué vergonzoso! ¡¡Este caso debería ser desestimado de inmediato!!”, escribió.
Para la defensa de Trump, las “supuestas preocupaciones” acerca de la seguridad de Greenfield “carecen de buena fe” y si bien reconoce que la publicación puede ser “reprobable”, no supone un “peligro claro de daño inminente”, informa NBC.
El juez impuso la medida de silencio después de que la Fiscalía presentara las amenazas que Greenfield recibió tras la publicación de Trump, cuya defensa insistió en que nada tenía que ver y que no se le podía restringir su libertad de expresión solo porque algunos puedan reaccionar sus palabras.
Después de las quejas, el juez decidió ampliar este mes la orden de silencio también a los abogados de Trump, quienes al igual que el magnate no podrán referirse públicamente tanto a Greenfield como al resto del personal de Engoron.
Proceso