El día de la compra no termina con hacer llevar la comida a casa. La forma en que se sitúan los alimentos en el refrigerador puede afectar la salud y también el bolsillo. La comida mal guardada se estropea antes y puede formar focos de infección. ¿Algunos errores comunes? Poner la leche en la puerta o guardar en el frigorífico alimentos como tomates y aguacates que viven mejor en la despensa.
Aquí hay nueve trucos para conseguir optimizar el espacio y de paso prolongar la vida de los alimentos.
EL PESCADO ABAJO
Es el ABC de la nevera bien ordenada es que los alimentos se colocan según el frío que necesitan. El estante inferior, habitualmente debajo de los cajones de verduras y frutas, tiene las temperaturas más bajas y ahí van la carne y el pescado crudos.
Los cajones superiores, más templados, son para lácteos y huevos. Y las centrales para embutidos, platos preparados y otros alimentos que deben ser consumidos rápido, una vez abiertos sus envases. La nevera nunca debe sobrepasar los 4 grados centígrados o podemos tener serios problemas, aseguró Cristina Galiano, veterana escritora de cocina, en su página web.
¿Y LA PUERTA?
Cada vez que las personas abren el refrigerador se pierde hasta una tercera parte del aire helado, según Twenergy, un portal de eficiencia energética. Y donde esto se hace más evidente es en la puerta. Por ello, aquí se colocan bebidas, salsas o mantequilla, que aguantan bien con menos frío.
Eso sí: no es lugar para la leche. “Es mejor guardarla en un lugar con temperatura estable, como las baldas centrales”, asegura Lauren Conrad, celebridad de la televisión estadounidense en su web de salud y belleza (sí, los famosos también se preocupan por ordenar el refrigerador).
QUE CORRA EL AIRE
Ojo: orden no es igual a que el refrigerador se parezca a una partida de Tetris, con todo apilado al milímetro. Debe haber espacio entre los productos, de manera que corra el aire. Con una buena ventilación se conservan mejor y así, además, no se necesita tanta energía para enfriarse. Y eso es de agradecer cuando toca que repasar los recibos de luz.
LA CONTAMINACIÓN CRUZADA
Hay que tener cuidado con que alimentos crudos y cocinados se toquen. Estos últimos han sido higienizados, tras pasar por calor, y se pueden contaminar con bacterias de los productos que no han estado encima de la estufa, informó el portal de vida cotidiana Consumer Eroski. Es lo que se denomina contaminación cruzada.
ORDEN EN ESTANTES
Sonará de cajón, pero seguramente no demasiados ordenan cada estante con los alimentos más efímeros delante y los duraderos detrás. Esto implica reordenar el refrigerador cada vez que llegan las bolsas de la compra al hogar, ya que no necesariamente lo último que se trae del supermercado es lo que más aguanta. Por eso, es también importante prestar mucha atención a las etiquetas de caducidad en la misma compra.
¡TOMATES NO!
Es un error común pensar que las cosas se conservan mejor cuanto más frescas. El frío, por ejemplo, daña las membranas de los tomates y hace que su pulpa se vuelva insípida, refiere el sitio Consumer Eroski. Tampoco se debe meter en el refrigerador ajo, patatas, cebollas, aguacates o plátanos. De esta forma, además se libera el espacio, que no suele sobrar.
LA CIENCIA DEL TUPPER
Adiós a guardar los embutidos con el envase medio abierto o, mucho peor, una lata a medio comer (puede ser un verdadero peligro si se oxida). Los tuppers existen para guardar comida, y las etiquetas para apuntar la fecha de su caducidad o preparación. El buen estado de nuestros envases para conservar es muy importante: unos desafortunados goteos pueden convertir nuestro refrigerador en el museo de los horrores.
REFRIGERADOR ABANDONADO
Un buen congelador tiene los alimentos bien guardados en envases o envueltos, claramente etiquetados y sin huecos. Y no es un todo vale: el pan no debe estar más de tres meses, la mayonesa o el pudín se cortan, la leche se descompone. A veces es el gran desconocido de la casa y puede ser tu mejor aliado.
LIMPIAR A FONDO
Por mucho que se sigan todas las pautas adecuadas para el día a día, es inevitable que el refrigerador acumule suciedad. Depende del buen o mal uso, pero lo indicado es pegarle un repaso a fondo al menos una o dos veces al mes.
Con guantes, cepillos y algo de paciencia, vacía y apaga el refrigerador, tira posibles alimentos estropeados, limpia baldas y cajones; y, sobre todo, no vuelvas a poner la carne cruda goteando en el estante de arriba. Nunca es tarde para hacer borrón y cuenta nueva.
Fuente: Sin Embargo.