Con abrazo y diálogo al oído, Adán y ‘Alito’ revivieron el ‘PRIMor’ 15 segundos

Tan solo 15 segundos de palmadas en la espalda, abrazo y diálogo al oído entre el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, fueron suficientes para generar un alud de suspicacias y señalamientos sobre la presunta reedición del pacto PRI-Morena (el PRIMor), así como el recelo de panistas y perredistas hacia su aliado “Alito”.

Más aún cuando apenas horas después de dicho encuentro, ocurrido el 1 de septiembre en el Palacio de San Lázaro, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó la integración de la Sección Instructora con dos morenistas, un panista y un priista para dar trámite a la solicitud de desafuero contra Moreno, perfilando un eventual empate que salvaría del proceso penal por enriquecimiento ilícito al legislador y dirigente del PRI.

La versión sobre el resurgimiento del PRIMor cobró mayor fuerza con la presentación de la iniciativa de la diputada priista Yolanda de la Torre para aplazar de 2024 a 2028 la permanencia del Ejército en seguridad pública, así como la férrea defensa de la cúpula tricolor a esa propuesta, pese a los amagos de rompimiento de la coalición “Va por México” por parte del PAN y PRD.

Un nuevo vídeo del abrazo y conversación entre Adán Augusto López y Alejandro Moreno, grabado a unos pasos de ellos, comenzó a circular y se viralizó durante las últimas horas en redes sociales, al grado que ambos personajes negaron por separado un pacto derivado de aquella conversación.

“Sí, saludé efectivamente a Alejandro Moreno, diputado federal y dirigente del PRI, pero lo hago como lo hago con los diputados y los senadores de todas las fuerzas políticas (…). Esto no es un asunto de enemistades y el que uno dialogue con un opositor no significa más allá que el protocolario intercambio de saludos y de opiniones”, dijo hoy el titular de la Secretaría de Gobernación al término de su reunión con la bancada de Morena en el Senado.

A su vez, según explicó el presidente del PRI en conferencia de prensa, “fue un saludo entre políticos que están en un mismo país, estábamos en el recinto legislativo y lo menos que podemos tener es respeto y cortesía política”.

Fue el 1 de septiembre cuando Adán Augusto López ingresó al Palacio de San Lázaro para entregar el Cuarto Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y entre saludos, abrazos y fotos tardó casi media hora en llegar a la tribuna parlamentaria.

El secretario estrechó manos e intercambió abrazos con decenas de sus correligionarios, pero a unos metros de Alito se abrió paso hacia él entre los legisladores que lo habían esperado para saludarlo.

Tras abrazar de buen ánimo al coordinador de los diputados priistas, Rubén Moreira, el responsable de la política interior estiró el brazo hacia Moreno y dio unas palmadas en la espalda, para enseguida tomarlo por la nuca, acercarlo e intercambiar algunas frases al oído.

—¿Qué le dijo a Alito, secretario?— le interrogaron los representantes de los medios informativos al salir del recinto.

—Lo saludé— respondió el funcionario.

—Pero un saludo de unos treinta segundos, ¿Qué más le dijo?— se le insistió.

—Nada más lo saludé— atajó.

Milenio

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