Sin contar la cantidad de usuarios de los servicios, nada más en edificios abandonados hay una pérdida de mil 800 empleos en la avenida Venustiano Carranza, que va sufriendo peores condiciones de crisis en forma coincidente con el inicio de operaciones de la ciclovía, advirtió el empresario Alberto Narváez Arochi.
En entrevista, el dirigente empresarial dijo que en forma adicional a la necesidad de reubicación de la ciclovía, el gobierno debe dar apoyos contundentes.
Narváez Arochi sugirió a la alcaldía que perdone impuestos prediales de todos los locales y edificios completos que están abandonados, “de manera que no sigan metiendo dinero bueno al malo”, y crear incentivos para reabrir negocios, porque además de que pierden ventas o rentas, se les está acabando su patrimonio.
Agregó que tiene los parámetros para decir que influyó la ciclovía como puntilla de algo que se acentuaría con la pandemia, porque a él le tocó vivir el inicio de esa crisis exactamente cuando comenzó la construcción y luego operación de la ciclovía.
Agregó que no está en contra de las ciclovías, e incluso las considera necesarias para la ciudad, pero en el caso de Carranza, necesitan una reubicación a la medida en que se ajuste a un proyecto, porque en el esquema actual afectaron a la clientela de los negocios de esa calle, y es a consecuencia de la prohibición para estacionarse.
“No se puede volver el tiempo atrás, pero no era el instante para colocar una ciclovía en la avenida Carranza, y entonces lo que se puede cuestionar a ese respecto, no es si existe o no o si opera o no, sino dónde debe quedar localizada”, acotó.
Advirtió que si la autoridad no hace algo inmediato, la avenida Venustiano Carranza morirá, junto con la propia ciclovía.
Pulso