El Radar: Autonomía

DESTACADOS, RADAR

El Editorial de Antena

Hablar de Autonomía universitaria, implica reflexionar sobre su significado, en específico de su utilidad social. 

¿Para qué sirve que una institución formadora de sus ciudadanos, no esté expuesta a los intereses de los políticos en turno y las oscuridades del poder?

¿Cómo se debe entender el concepto de “comunidad universitaria” para poder usarla como el verdadero capelo protector de un ente vivo de la sociedad y un activo del propio estado por su condición natural?

Lo primero sería proteger la libertad académica a fin de que se garantice la entrega a la sociedad del “saber, descubrir y comunicar el conocimiento de las ciencias, las artes y las humanidades” (Bernasconi, 2014). 

Desde un punto de vista legal, “la autonomía universitaria es vista como la forma extrema y última de organización administrativa del Estado (después de la autonomía universitaria se encuentra ya otro Estado soberano) y tiene como marco y único límite el respeto y cumplimiento del propio Artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. 

Hoy enfrentamos con una gran preocupación la situación que viven las instituciones de educación superior y la manera en que opera la autonomía y sus efectos en la formación de cuadros de profesionales que cada nación demanda. 

La 4T tiene condenadas a las Universidades con presupuesto recortado y alentando a la rebelión de la gratuidad, incongruencia absoluta, terquedad imposible de entender en un mundo abierto como el del verano del 22.

En lo local el tema es tremendo, un Secretario del gabinete estatal escupe sapos y regurgitavísceras contra la universidad y su líder, el espacio donde se formó y en la que sus pares conocieron la viabilidad de una vida con dignidad. Pero la forma es fondo, la intromisión de agentes del gobierno o de los partidos para hincar el diente en el jugoso botín de más de 30 mil potenciales votantes siempre ha sido tentador, el generar también cuadros ideologizados, obtener espacios laborales o académicos o simplemente buscar aterrizar como aviadores en los archiveros con una posición que les asegure nómina transexenal.

La defensa de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí no implica un pronto ante los estallidos verbales del diminuto Serrato, sino el entendimiento que el pragmatismo de los que hoy ostentan con claridad el poder, debe ser repelido con fortaleza institucional y unidad, con una cabal defensa de los espacios que hace fuerte a un estado como el nuestro

No hay culpables gratuitos, ni mártires sin sacrificio, ni Zermeño es el primer Rector atacado, ni tampoco el primer ruido de fondo en la Autónoma, el llamado es a una unidad de defensa de lo que imperecedero, de lo que sí es un factor de transformación real, la vida en la formación de los profesionales que siendo congruentes con la autonomía de su alma mater serán ciudadanos de alta intensidad en un mundo en el que los políticos cada vez importan menos.

RECADERO

1. Renace la FENAPO en la intimidad del Gobernador Gallardo como un logro personal y proyectivo, poder convocar a todos, en su periplo democratizante. Adicto a las masividades promete superar 4 millones de visitantes y necesita sentir que es la cereza de un pastel de casi 12 meses de determinaciones sin objeciones. Si la seguridad y un verdadero respiro a los potosinos de toda la entidad son accesibles en paz, se anotará el éxito más rotundo de su política de cercanía.

2. Galindo malabarea sus cotilleos con Gallardo para poner su proyecto político personal en una tensa pausa para lo que le exigen los huérfanos políticos del PAN y del PRI. Pocos saben que lo fortalece poniendo a cada quien en su lugar, inclusive a los que estuvieron a su lado hasta en la UAM y que ahora por avorazados se tienen que quedar con la cabeza agachada, nomás mirando.

3. El congreso potosino no existe, no hay discusión, no hay contrapesos, ni siquiera existe liderazgo real, es una oficina de colocación de ocurrencias gubernamentales, iniciativas exprés sin calibre y halagos al Gobernador. ¿Quién lo hubiera dicho pero hasta dicen extrañar a Vera o Govea que al menos eran buenos para el escándalo? Habrá que ver.

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